7 mar 2009

Los ensayos en el “Centro”: El laboratorio del grupo.

Era algo mágico, estimulante, aleccionador, creativo…tenía algo de genial, los viernes no era el fin de la semana laboral era el comienzo de los ensayos. ¿A qué hora hemos quedado en el “Centro”?. Así llamábamos a los locales del “centro parroquial” de la Iglesia de San Francisco. Nuestro protector y amigo, Enrique Calvera, nos permitió siempre utilizar esos locales de forma paternalista, desinteresada y este espacio se convirtió en el auténtico epicentro de nuestra ilusión.

Ensayo significaba compartir canciones, crear melodías, buscar y ¡rebuscar letras!, exprimir la imaginación, soñar, respetar, aprender a convivir, tragarse el orgullo, disfrutar, hablar, …vivir. Llenó gran parte de nuestra primera juventud, unas veces buscábamos acordes y otras veces instrumentos. Entre teclados, cuerdas, timbales, algún saxofón, alguna armónica y unas cuantas voces encontramos una familia.

Creo que hicimos temas redondos: Triste en la Oscuridad, Vamos a Hacer Música, Princesa del Mar, En el Campo de Batalla, Aventura en Tailandia, Vivo Soñando, La Chispa de la Vida…pero el gran tema era nuestra pasión por vivir la música (no confundir con vivir de la música). Quizás todavía queden algunas notas resonando entre las paredes del Centro, quizás algún callo en nuestras manos es de aquella época, pero podéis apostar porque el grupo pueda rugir otra vez y pronto…Acento está ensayando de nuevo.

0 comentarios:

Publicar un comentario